Esta es una máxima que me encontré hace años en un libro. No ocupaba ningún lugar especial ni preferente en esa obra pero me pareció muy interesante, y desde ese momento la tengo siempre presente en un marco en mi oficina para poder compartirla con mis clientes. Considero importante dedicar nuestros esfuerzos a aquellas cuestiones que serán capitales para alcanzar aquello que estemos persiguiendo o para mantener nuestro equilibrio; y gastar energía en rencores o lamentándonos en aquello que creemos merecer, no lo es. Nadie nos debe nada. Si hemos hecho algo por alguien, hecho está. No se trata de una transacción, no es seguro que vayamos a recibir algo similar a cambio. No es un trueque. Tengamos también en cuenta que, si creemos merecer una contraprestación por nuestros comportamientos a favor de una persona, siempre lo vamos a contemplar únicamente desde nuestro punto de vista, y no tiene por qué coincidir con el de esta persona. Lo que nosotros creamos haber hecho quizás no sea i
Psicología, Deporte, Educación Física