N. R. C. MADRID Estar sobre la mesa de operaciones y notar el frío de un bisturí hundiéndose bajo la piel no debe ser un momento agradable de recordar, aunque no duela. Pero mantener intactas todas las sensaciones, salvo el dolor, es uno de los «santos griales» de la Medicina. Un anestésico local con esas características no sólo proporcionaría una nueva arma para luchar contra el dolor crónico sino que facilitaría numerosas intervenciones quirúrgicas. Científicos del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.) han encontrado ese anestésico tan buscado. Hoy en la revista «Nature» cuentan cómo con una combinación de fármacos conocidos -la lidocaína y la capsaicina- se consigue una anestesia local que bloquea la sensación de dolor mientras conserva la consciencia, la capacidad para caminar o el tacto. Con esas propiedades se podría abordar desde complejas cirugías cerebrales en las que el enfermo debe permanecer alerta y consciente hasta tratamientos odontológicos. Imagine que podría hacer
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